HISTORIA DE LA MÚSICA
Para el hombre primitivo había dos señales que evidenciaban
la separación entre vida y muerte. El movimiento y el sonido. Los ritos de vida
y muerte se desarrollan en esta doble clave. Danza y canto se funden como
símbolos de la vida. Quietud y silencio como símbolos de la muerte.
El hombre primitivo encontraba música en la naturaleza y en
su propia voz. También aprendió a valerse de rudimentarios objetos (huesos,
cañas, troncos, conchas) para producir nuevos sonidos.
Hay constancia de que hace unos 50 siglos en Sumeria ya
contaban con instrumentos de percusión y cuerda (liras y arpas). Los cantos
cultos eran más bien lamentaciones sobre textos poéticos.
En Egipto (siglo XX a.C.) la voz humana era considerada como
el instrumento más poderoso para llegar hasta las fuerzas del mundo invisible.
Lo mismo sucedía en la India. Mientras que en la India incluso hoy se mantiene
esta idea, en Egipto, por influencia mesopotámica, la música adquiere en los
siguientes siglos un carácter profundo, concebida como expresión de emociones
humanas.
Hacia el siglo X a.C., en Asiria, la música profana adquiere
mayor relieve gracias a las grandes fiestas colectivas.
Es muy probable que hacia el siglo VI a.C., en Mesopotamia,
ya conocieran las relaciones numéricas entre longitudes de cuerdas. Estas
proporciones, 1:1 (unísono), 1:2 (octava), 2:3 (quinta), y 3:4 (cuarta), y sus
implicaciones armónicas fueron estudiadas por Pitágoras (siglo IV a.C.) y
llevadas a Grecia, desde donde se extendería la teoría musical por Europa.
El término "música" proviene del griego
"musiké" (de las musas). Por eso la paternidad de la música, tal como
se la conoce actualmente, es atribuida a los griegos. En la mitología griega,
las musas eran nueve y tenían la misión de proteger las artes y las ciencias en
los juegos griegos.
En la antigua Grecia la música abarcaba también la poesía y
la danza. Tanto la danza como el atletismo se sabe que tenían su acompañamiento
musical en tiempos de Homero.
Hacia principios del siglo V a.C., Atenas se convirtió en el
centro principal de poetas-músicos que crearon un estilo clásico, que tuvo su
expresión más importante en el ditirambo.
El ditirambo se originó en el culto a Dionisos (Baco). Las
obras -tragedias y comedias- eran esencialmente piezas músico-dramáticas. La
poesía, la música y la danza se combinaban y las piezas eran representadas en
los anfiteatros por cantores-actores-danzadores.
La poesía era modulada y acentuada por sílabas, e
interpretada indistintamente en prosa común, recitado y canto. La melodía
estaba condicionada, en parte, por los acentos de la letra, es decir, por la
melodía inherente a la letra, y el
ritmo musical se basaba en el número
de sílabas. Es dudoso que hubiese diferencia real entre los ritmos musicales y
los metros poéticos.
Desde el siglo IV a.C., el músico comenzó a considerarse a
sí mismo más como ejecutante que como autor. El resultado fue el nacimiento del
virtuosismo y el culto al aplauso.
La música, en general, se había convertido en mero entretenimiento,
por lo que el músico perdió mucho de su nivel social. La enseñanza musical
acusó un gran descenso en las escuelas, y los griegos y romanos de las clases
elevadas consideraban degradante tocar un instrumento.
La división entre el ciudadano y el profesional ocasionó el
divorcio social y artístico que en nuestro tiempo todavía afecta a la música
europea.
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